miércoles, febrero 04, 2015

No instruyas, deja de interferir y libera el potencial de tus colaboradores

Durante el ultimo mes he estado practicando con los directores de empresa y sus colaboradores "El juego interior del Trabajo" y ha sido francamente espectacular los resultados que hemos observado y que quiero compartir contigo.

En cada actividad humana hay dimensiones: la externa y la interna. Afuera hay una lucha pero dentro de nosotros hay otra.  Antes de ganar el "juego externo" es preciso ganar "el juego interno", es decir sobreponerse a las dudas, ansiedades, creencias negativas, etc., que uno mismo se pone y que limitan la expresión de nuestro potencial. El juego interior se juega para superar los obstáculos auto impuestos que impiden una persona o equipo accedan a su máximo potencial.

La formula es muy simple: Rendimiento = potencial - interferencia, (P = p - i). Según esta fórmula, el rendimiento se puede mejorar ya sea cultivando "p" potencial o disminuyendo "i ", la interferencia .

Este concepto que Tim Gallwey descubrió mientras enseñaba tenis es la semilla de una revolución para hacer cambios radicales en nuestra manera de enseñar y de aprender en la escuela y el trabajo.

La esencia de la aportación de Gallwey es que al comprender como funciona el juego interno pudo hacer un cambio radical en su manera de enseñar que permitió a los tenistas lograr rendimientos notoriamente superiores.

Gallwey se dió cuenta que sus  instrucciones o consejos en ocasiones se convertían en interferencias por los tenistas acostumbrados a una mentalidad de "mando y control". Es decir, se venían a sumar a esas voces que dentro del tenista le decían "tienes que hacer esto...no debes hacer lo otro". Encontró maneras de ayudar a que el tenista tomara conciencia y eligiera mejores formas de jugar por si mismo. Dejo de ser instructor y paso a ser un favorecedor de la toma de conciencia.

Devolvió al alumno la responsabilidad y el gozo por su aprendizaje y su desempeño.

Imagina lo que esto significa. Es el secreto que hemos estado buscando los maestros en la escuela y los gerentes en el trabajo. Entender que podemos liberar el talento de los alumnos y de los trabajadores disminuyendo las interferencias es una clave sensacional no solo para aumentar la productividad sino para desarrollar el talento en nuestras organizaciones.

Todavía más. Entender que los jefes aumentamos la interferencia interna de nuestros colaboradores con nuestras "ordenes e instrucciones" y que hay formas distintas de ayudar a mejorar su desempeño que provocan que los colaboradores se apropien de la responsabilidad por aprender, disfrutar y lograr resultados...¿A poco resulta una propuesta tentadora?

Continuará.