jueves, marzo 27, 2014

¿Es grata la experiencia de trabajo que vives día a día en la empresa?

Sabemos que ahora ya no basta vender productos o servicios. Necesitamos diferenciarnos de la competencia ofreciendo "experiencias" gratamente emocionantes al cliente.

Cuando pregunto en diferentes foros ¿Qué tanto la organización en la que trabajan permite que las personas pongan a trabajar lo mejor de si mismos? la respuesta no es alentadora. La mayoría de las personas sienten que no pueden aplicar todo su talento, su creatividad y se sienten limitadas en su creatividad y pasión.

En dias pasados en una reunión el equipo directivo de ventas de una gran compañía se propuso trabajar en "cómo crear una experiencia memorable de ventas para el cliente, los vendedores y los distintos departamentos que intervienen en los proyectos".

A proposito de esta intervención me surgió la reflexión. ¿Qué pasa con nuestras organizaciones? ¿Por qué si ahora como nunca necesitamos de incorporar todo el talento, la voluntad, la creatividad de todas las personas para crear valor de manera sostenida, nuestras organizaciones más bien desalientan e inhiben la iniciativa y la pasión de las personas?

Este fenómeno lo encuentro cada vez más frecuentemente no solo a nivel de los colaboradores, sino también a nivel de los directivos. Se encuentran que su trabajo no les satisface. Sus aspiraciones y pasiones no tienen cabida. Se ha vuelto una carga fastidiosa. Cada vez tienen que hacer frente a una carga creciente de tareas que no tienen nada que ver con sus fortalezas y las interacciones humanas que tienen con sus pares, incluso familiares, y con sus colaboradores es frustrante. Cada vez hay mas tensión, critica, rumores, quejas, fastidio. En resumen la experiencia de ir a trabajar todos los días en vez de ser una experiencia significativa, valiosa y nutriente para su vida es motivo de frustración y desgaste.

En los últimos años he estado aplicando la Indagación Apreciativa y me ha maravillado el poder que tiene para despertar las aspiraciones de las personas y los equipos para emprender de manera colaborativa la transformación.

Me quedo con la idea de seguir profundizando con las organizaciones con las que tengo el privilegio de trabajar para seguir rediseñado las prácticas, políticas, sistemas, etc., he visto como cuando nos atrevemos a repensar los resultados que tenemos y damos con el diseño que lleva a esos resultados, llegamos a un descubrimiento sensacional: ¡Podemos cambiar el diseño!

En esta etapa de mi vida quiero seguir acompañando a los líderes y gerentes de empresas y organizaciones para diseñar organizaciones que den cabida a la persona con toda su riqueza y su potencial para aportar. Se abren enormes posibilidades para crear progreso y desarrollo para todos cuando ponemos a las personas al centro de la organización y hacemos, juntos, la búsqueda de un mejor futuro para todos.