miércoles, noviembre 04, 2009

Sin desarrollo de las personas, la organización no se desarrolla

Me llamó mucho la atención la similitud de los posts anteriores con el planteamiento del Doctor Adrian Ruiz de Chávez en su conferencia sobre la persona humana en el Curso de Formación Social de la USEM :
"Ninguna organización se desarrolla si no lo hacen los miembros que la integran: Las personas. Si no hay desarrollo personal, no hay compromiso de las personas, ni progreso de la organización ni pensamiento estratégico ni éxito competitivo sustentable en el largo plazo”.
Las organizaciones para superar los retos que enfrentan requieren de toda la inteligencia de sus miembros. Esta es la fuente de la ventaja competitiva como sostiene Gary Hamel, el pensador más importante sobre administración.
Sin embargo, ahora que la competencia ya no esta sólo en los productos o servicios sino que se compite con el diseño de la organización, resulta que nuestras organizaciones no cuentan con la estructura ni los sistemas que permitan liberar el potencial creativo de las personas.
Quiero dejar asentados los puntos que me parecen muy relevantes de la presentación del Dr. Ruiz de Chávez y que sirven para fundamentar la necesidad del cambio en la forma de organizar el trabajo:
1. "La cosificación de la persona es el mal mayor del siglo XX y quizá del actual"
2. 70 % de CEO’s de una muestra entre las Fortune 500 no proyecta creación de nuevas fuentes de empleo permanentes y prevé que sigan los recortes y las reestructuraciones.
3. Grandes empresas se mueven bajo el yugo de la dictadura de Wall Street y reducen“head count”, aunque crezcan en ventas y en utilidades. Año con año, analizando las publicaciones de Fortune 500 o Global 500, es claro que la generación neta de empleo de las principales empresas del mundo es prácticamente cero.
4. Charles Handy, profesor de London Business School, en The Age of Unreason, sostiene que en “un futuro próximo” trabajarán 1/3, ganando el doble y produciendo el triple.
5. Jeremy Rifkin, autor de El Fin del Trabajo, señala la tendencia estructural hacia la aparición de empleos mayoritariamente de tiempo parcial, con presión hacia la reducción de salarios y de beneficios al empleado.
6. Paul Kennedy (Hacia el siglo XXI) y Lester Thurow (El Futuro del Capitalismo) apuntan, como macrotendencias: Disminución de la oferta de empleo tanto en el 1er mundo como en el 3ro., lo cual elevará los flujos migratorios, los conflictos raciales y la violencia urbana”.

lunes, noviembre 02, 2009

Innovar la forma de organizar el trabajo = Productividad e Innovación

Los retos de la organizaciones son cada vez mayores: Aumentar el valor, reducir costos, tiempos, desperdicios, innovar productos, mercados, procesos, aumentar la fidelidad de los clientes, generar utilidades, establecer nuevas prácticas y sistemas, aumentar la productividad, responder a las cambiantes y crecientes exigencias de gobiernos, clientes, proveedores, sociedad.

¿Que tanto todos los integrantes sienten como suyo el éxito o fracaso de la organización y se aplican con todo su talento y su voluntad a superar estos retos?

Es muy probable que la pregunta nos lleve a descubrir áreas de oportunidad existentes en nuestra organización.

La mayoría de nuestras organizaciones no saben cómo captar el talento y la voluntad de las personas. Están diseñadas y operan con los criterios de la era industrial que funcionaron muy bien en su tiempo. Sin embargo, ahora dichos criterios provocan más daños que beneficios.

Existen nuevas formas de concebir y organizar el trabajo que propician el despliegue del potencial humano y llevan a niveles de productividad radicalmente superiores.

Nuestras organizaciones necesitan innovar. Sabemos que no podemos asegurar un futuro haciendo más de lo mismo. No basta desarrollar rápidamente nuevos productos, nuevos procesos, nuevos mercados. Es en la innovación de las formas de organización del trabajo donde podemos lograr saltos cuánticos en la generación de valor que tanto requieren de los diversos stakeholders.


La clave son las personas. La fuente principal de creación de valor antes eran la máquina y el capital, ahora son las personas. Sin embargo, nuestras organizaciones operan bajo el paradigma de las personas como recursos, como instrumentos.

Un país competitivo sólo será posible con organizaciones competitivas. Y estas serán competitivas en la medida en que rápidamente puedan establecer formas de trabajo que propicien un mayor compromiso y una mayor capacidad para crear valor de todos y cada uno de los integrantes.

Nuestros hijos están entrando a trabajar en organizaciones que operan del mismo modo que cuando trabajaban en ella nuestros abuelos. Funcionar con esquemas y formas de organización obsoletas puede ocasionar un gran retraso en la competitividad y eficiencia.

Si no está satisfecho con los avances en cuanto a innovación y productividad en su organización y nota que las personas no trabajan con pasión y no sienten una profunda conexión con su organización quizá es tiempo de innovar la forma como ha usted organizado el trabajo. Si usted requiere ayuda con gusto podemos apoyarle.