jueves, mayo 28, 2009

¿Organizaciones para personas o personas para organizaciones?

Las organizaciones necesitan más de las personas que viceversa. Las personas son personas aún sin las organizaciones. Quien va a transformar a las organizaciones son las personas y no viceversa. Las organizaciones pretenden ajustar a las personas a su medida y conveniencia, por ello al desconocer la grandeza y dignidad de estas cavan su propia debacle. Creo que las organizaciones ya no pueden más. Sus esfuerzos por lograr mayor productividad, innovación, competitividad fracasan una y otra vez.

Durante las últimas décadas las organizaciones han intentado reducir a las personas a la categoría de "empleados". En el pecado llevan la penitencia.
Las organizaciones no funcionan pues tienen "empleados" cuando lo que necesitan son "personas". La esencia de la organización son las personas. Quienes crean el valor ahora, ya no es la tierra, el capital, las máquinas, ni siquiera la tecnología, son las personas.

La clave de la transformación de nuestras empresas y organizaciones la tienen las personas. Es tiempo de pasar del discurso de oropel "las personas son lo más importante de nuestra organización" a la realidad de los hechos.

El paso a que las personas tomen el protagonismo para la transformación de las organizaciones para que estas puedan aspirar a existir y desarrollarse (que no es lo mismo que crecer) no será una concesión graciosa de la organización. Son las personas quienes habrán de redimir a la organización y no viceversa.

La organización aún cuando lo intente y busque crear un buen lugar para trabajar del tipo de "Great Place to Work" o "Super Empresas" actúan desde un modelo mental muy arraigado: "La persona es para la organización".

Creo que la novedad es que por fín, a partir de las mismas exigencias de la economía, nos toca ser testigos de como la sabiduría el pensamiento social de la Iglesia ilumina y se hace realidad cuando desde hace décadas ya nos señalaba que "el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana" (GS 25, 1)

jueves, mayo 21, 2009

¿Cuanto tiempo tarda su organización en desmoralizar a sus colaboradores?

Dos meses y medio fueron suficientes. Mi hija, recien egresada de una de las mejores universidades de nuestra ciudad, entró a trabajar a una empresa. Unos meses antes una de mis sobrinas también graduada con honores en otra universidad ingreso a trabajar a otra compañia.

Veo en sus rostros como el entusiasmo ha ido desapareciendo. Cuando la familia les pregunta ¿Como te va en tu trabajo? el "genial" se ha ido convirtiendo en "pues no muy bien".

No quiero entrar en detalles. Creo que ustedes y yo sabemos que es lo que desmoraliza a la gente en las organizaciones. Despidos de personal, decisiones arbitrarias, cambio de funciones y cargas de trabajo sin decir agua va, señales encontradas de parte de los directivos, falta de claridad de funciones y responsabilidades, exigencias unilaterales, falta de equidad entre necesidades de la empresa y las de las personas, disimulo o tolerancia frente a situaciones que crean fricciones entre las personas.

Todo ello como si las personas en la empresa fueran zoombies o robots. Los dirigentes jamás han tenido ni la más remota idea de que las personas en la empresa, tanto las que se van como las que se quedan, son precisamente eso, Personas. Y por tanto son seres libres, que piensan y reflexionan y que por tanto necesitan información, directrices, escuchar y proponer puntos de vista. Los directivos actúan desde su idea de que como son los dueños no tienen porque dar razón de sus actos.... a la gente se le paga por trabajar. Los dirigentes no ven "personas" ven "empleados".

Así, con los actos de todos los días es como vamos creando (dirigentes y dirigidos) organizaciones que matan el gusto por trabajar. Luego queremos que ante los tiempos difíciles los colaboradores se "pongan la camiseta" y creen valor.

lunes, mayo 18, 2009

La causa de la baja productividad y el desencanto laboral en nuestras organizaciones

¿Por qué la gente regresa del trabajo frustrada, desmotivada, devalorada?
¿Por qué para la mayoría de la gente el trabajo no es motivo gozo, crecimiento y valía personal?

He pasado más de treinta años trabajando con las personas y las organizaciones. Durante todos estos años, obsesionado por entender la causa del desencanto laboral, me dedique a estudiar y desarrollar diversas alternativas fruto de la experiencia recogida tanto del mundo laboral como del académico.
Después de tanto buscar y descartar teorías y soluciones simplistas, por ensayo y error, creo que he entendido, finalmente, cual es la causa raíz de provoca el desencanto laboral.

Así como es necesario identificar perfectamente el virus de la influenza para tomar las medidas necesarias para evitar una pandemia, creo que es muy importante identificar el "virus" que provoca que la gente no valore su trabajo y se dañen las relaciones laborales.

Quiero compartir mi hallazgo contigo, creo que es lo mejor que puedo ofrecer. Me ha quedado claro como este "virus" actúa y limita la productividad y la rentabilidad tan necesaria en nuestras organizaciones. Veo por qué los esfuerzos para lograr la participación y el involucramiento de las personas en las organizaciones fracasan. Ahora entiendo por qué es tan dificil que cada vez vemos en México más y más "empresas altamente productivas, profundamente humanas y socialmente responsables".

¿Por que nuestras empresas no son innovadoras? ¿Por qué los colaboradores no se ponen la camiseta? ¿Por qué no se apegan a los procedimientos y sistemas? Muchas preguntas que los directivos se han hecho desde hace años podrán encontrar ahora explicación.

La clave es entender que la esencia del trabajo ha cambiado. Veamos en que consiste tal cambio:
•Antes de la era industrial los agricultores, artesanos y mercaderes eran trabajadores que tenían bajo su dominio todas las fases, es decir, ellos decidían, planificaban, diseñaban y ejecutaban su trabajo lo cual permitía que a lo largo de su vida activa se conviritieran en mejores agricultores, artesanos o mercaderes.
•La industrialización inventa una nueva forma de trabajo. Un trabajo que se organiza en torno a la máquina, complementa a la máquina y debe tener un comportamiento similar al de la máquina. Se produce una disociación entre el trabajo cognitivo y el trabajo físico. Es decir, uno piensa, diseña, planifica y otro es el que realiza la tarea, la ejecución física. Se produce una división en la organización unos "piensan" otros "ejecutan". Aun podemos ver en nuestras organizaciones ejemplos vivientes de este trabajo autómata o maquinal.
•Ahora nos encontramos en una nueva era donde ha cambiado la manera como se crea el valor. Antes la generación de valor y la competitividad radicaba en optimización de tiempos y recursos materiales y la reducción de costos, factores todos ellos relativos a producción masiva y el diseño de la cadena productiva. Antes el valor estaba constituido por un 70% de bienes materiales y 30% de intangibles. Ahora la proporción se ha invertido a un 80% de bienes intangibles y 20% de materiales. Ahora el trabajo del trabajador no puede reducirse a su esfuerzo físico, a la ejecución de tareas de forma maquinal. Se requiere que aporte valor a través de poner a trabajar las capacidades superiores, es decir, pensar, tomar decisiones libres, aplicar su creatividad, trabajar en colaboración con otros, pues solo de esta manera es posible responder a las necesidades cambiantes del cliente y de un mundo cada vez más exigente e impredecible.

Aqui esta la clave: la esencia del trabajo cambió. Es necesario cambiar el concepto de trabajo. Necesitamos cambiar la forma como entendemos el trabajo. El trabajo ya no puede ser mas "Hacer lo que otro dice, seguir órdenes o instrucciones" "Ejecutar tareas pensadas, decididas, ordenadas por un superior a cambio de un salario" El concepto de trabajo que sirvió para la era industrial ya no sirve para la actual. Ahora es necesario que la persona se aporte por entero. Ya no basta su esfuerzo físico, ahora es necesario que ponga a trabajar todas sus capacidades superiores, las que la hacen ser persona.